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Freddy Hinestroza, Fabián Sambueza y Sebastián Hernández, celebrando el gol.
Freddy Hinestroza, Fabián Sambueza y Sebastián Hernández, celebrando el gol.
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Cristian Mercado

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El campeón tomó la ventaja de un gol: Junior tendrá que resistir en la vuelta

El cuadro barranquillero venció por 1-0 al conjunto del Deportivo Pasto.

Navegando entre las turbias aguas que propuso el Deportivo Pasto, Junior tomó la mínima ventaja del 1-0 ante el cuadro volcánico y ahora tendrá que ir a defender el resultado y también su corona el miércoles con un solo gol de ventaja, pero con toda la afición esperanzada. 

Ni en el Galeras el Deportivo Pasto pudo haber presenciado en toda su historia un volcán como en el que se transformó la salida de Junior a la gramilla del estadio Metropolitano. Desde las gradas más de 43 mil aficionados rompieron sus gargantas y palmas en vítores y aplausos para los 11 tiburones en el campo. 

Como en las noches más gloriosas del ‘Coloso de la Ciudadela’, hasta las bases se hicieron vibrar nada más con el pitazo inicial de las acciones. La marea convocada por el equipo para acompañar la final se agitaba con furia en las gradas y solo la novena estrella podría controlar tal vibrar. 

El inicio del compromiso trajo rápidamente consigo una idea a grandes rasgos de lo que iba ser el partido. En solo 2 minutos el volante pastuso Daniel Giraldo fue al bulto contra Víctor Cantillo, en una falta que le mereció la primera tarjeta amarilla del compromiso. 

A eso vino Pasto, a pegar si el árbitro concede tales acciones y en lo posible a no dejar jugar. Luego de eso a intentar ver si de casualidad les quedaba alguna acción de gol. Fiel a su estilo, el Pasto vino a secarle los ánimos a esa marea en las gradas del Metro. 

Pero como si fuera también un presagio, a los 3 minutos Junior argumentó lo que iba ser su libreto. Una asistencia de Freddy Hinestroza desde la izquierda encontró en el segundo sector del área a James Sánchez, quien sin mucho pensarlo, conectó un tiro que se fue apenas desviado del arco de Neto Volpi. 

Eso iba ser el argumento de los barranquilleros, juego por las bandas, asociación y tratar de romper la muralla visitante a base del talento y la visión de juego. Lo único que no esperaban era que un jugador se ocupara de tapar totalmente a Cantillo y que en el frente de ataque Michael Rangel no estaba fino a la hora de buscar a sus compañeros. 

Pasto iba cumpliendo su cometido, pues luego de once minutos su arco no había tenido ningún reto. Solo hasta los 14 de partido, Piedrahíta se descolgó por la derecha y sirvió un centro rasante al que Rangel no pudo llegar para empujarla a las redes. 

De otro lado, solo un disparo por encima de la cabaña de Sebastián Viera fue lo que aportó el equipo de Alexis García para el show en la primera mitad. El volante José Ortiz se vio con espacio y distancia, pero su intento se fue encima de la meta del uruguayo.

A los 27 minutos, más por un intento casual que por otra cosa, en una jugada de saque de banda de Piedrahíta el lateral antioqueño mandó la bola al punto penal para que Rangel conectara un disparo a las manos de Volpi, en toda la mitad del arco, para animar un poco a la grada. 

Al final del primer tiempo, el partido era para Alexis García. Julio Comesaña lo entendía así, para la segunda mitad metió mano y sacó de la cancha a Rangel para darle la oportunidad al habilidoso argentino Fabián Sambueza, quien con su picante debería solucionar el rompecabezas pastuso. 

Los minutos iniciales de la segunda mitad no terminaban de convencer al entrenador local. Por eso, decidió rápidamente jugar su segunda carta, mandó al campo a Sebastián Hernández para tratar de darle más manejo al juego. Y allí sí que se dieron las cosas. 

A los 65 minutos Teófilo peleó una pelota en el área, tras un rebote en Gabriel Fuentes que quedó tendido en el piso, y terminó enviando la pelota atrás para la llegada de Sambueza que sin pensarlo sacó un cepillazo de derecha que en el instante final desvió en el aún tirado el piso Fuentes y descontroló a Volpi para irse al fondo de la red.

El 1-0 tan esperado que volvió a agitar las gradas. Es un gol que vale todo el esfuerzo de la temporada, el gol que abre la esperanza de la novena estrella, el gol que encarriló a los de Julio Comesaña directamente a embarcarse en una sola alternativa: Dejar el alma y la vida en el partido de vuelta. 

De allí en más, un partido que se tornó cada vez más cortado. Duro como pocas veces se vio en Barranquilla en el semestre. Con el paso de los minutos y el silbatazo final del partido, el 1-0 definitivo fue celebrado por propios y extraños. Para Junior es un gran paso abrir el camino, pero para el Pasto perder por uno es una invitación a soñar. 

Ahora, seguramente en Bogotá el miércoles, Junior estará más cerca de todas las estrellas, aunque solo le importa una, la novena. Ese gol, sudado con el esfuerzo de todo el juniorismo, tendrá que ser suficiente para bordar un título más en el escudo.

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